A ti, por mí, por ti

A ti, por mí, por ti

A ti, al silente, 

al que de capa y espada

va por el mundo insolente.

Por ti, por el que mira de frente,

por el que abre sus manos

y te ofrece rosas nuevas,

y no pregunta quién eres.

Por mil soles infinitos

que nos calientan la tierra,

por ti, por mí, por todo aquel que lo crea,

donde nacen las heridas

cada hora, cada minuto

en cada tiempo y tristeza.

Por el doliente, por el que sufre,

por el que llora,

aunque el dolor le haga fuerte.

A ti, al que elogia lo mundano, 

sin saber que lo banal, 

ficticio le da la mano

a la falsa humanidad.

Por ti, por el que mira y escucha

mientras se rompe, en silencio,

de una lágrima en caudal

A ti, por las horas, por los años que has vivido,

viendo pasar a un mendigo

mirándole de soslayo

por si te mancha el sayal.