"Malaya sea mi suerte"
por no ser lo que no fui,
por aquel tiempo perdido,
por lo que no ha de tornar,
por lo que pude haber sido.
Caballos van a galope
por la senda al infinito,
jadeantes, altaneros,
envueltos entre la niebla
se pierden en el camino,
mientras nubes enlutadas
van siguiendo su destino.
Un rayo rompió la noche
ante los mudos testigos,
quebró la faz de la tierra
con su blanca luz hiriente
y siete caballos negros
jadeantes y vencidos
se pierden en la tormenta
por la senda del olvido.
"Malaya sea mi suerte"
por no ser lo que no fui
y lo que pude haber sido.
Bajo el seudónimo de Fedra Urkiola, quiero compartir con todo aquel que me quiera leer, mis reflexiones y pensamientos en forma de poesía.
miércoles, 25 de abril de 2012
Sin cadenas
A una rosa prisionera
en las redes del recuerdo,
que se rompan las cadenas,
que se abran nuevos caminos
como estelas en el cielo
Que tu sonrisa ilumine
esas mañanas de invierno,
que nazca una melodía
junto al hogar, junto al fuego;
y vista de rosas nuevas
la niebla que hay en tu pecho.
No dejes que el despertar
se duerma entre tu recuerdo,
rompe tu día y tu noche,
rompe el eco de aquel nombre
que quebró tus sentimientos
Candelas en tu ventana,
candelitas en la noche
que alumbren tu madrugada,
pero no rompas tus rosas,
no las dejes marchitar
No seas valle, sé montaña
y pon tu cima tan alta
que la espuma de las olas
quiera tu falda besar.
Sé gaviota cantarina
y vuela, vuela...
sin volver la vista atrás.
en las redes del recuerdo,
que se rompan las cadenas,
que se abran nuevos caminos
como estelas en el cielo
Que tu sonrisa ilumine
esas mañanas de invierno,
que nazca una melodía
junto al hogar, junto al fuego;
y vista de rosas nuevas
la niebla que hay en tu pecho.
No dejes que el despertar
se duerma entre tu recuerdo,
rompe tu día y tu noche,
rompe el eco de aquel nombre
que quebró tus sentimientos
Candelas en tu ventana,
candelitas en la noche
que alumbren tu madrugada,
pero no rompas tus rosas,
no las dejes marchitar
No seas valle, sé montaña
y pon tu cima tan alta
que la espuma de las olas
quiera tu falda besar.
Sé gaviota cantarina
y vuela, vuela...
sin volver la vista atrás.
sábado, 14 de abril de 2012
Sensaciones
Me encontrarás cavando
en mi temprano huerto,
el naranjo en el jardín,
el aroma de azahar
el laurel en la ventana,
y el lilo puertas adentro.
La brisa del nuevo día
trae olor a verdifresco,
y juegan en la mañana
las sueños y el pensamientos.
Enhebrada tu presencia está en mi alma
y prendida llevo siempre en mis soñares
y conmigo van siempre tus andares.
Si a mi lado no estuvieras algún día
ni enhebrada, ni perdida,
¡Sí bordada tu presencia y tu recuerdo!
unido al alma mía
acompañando mis noches y mis días.
y prendida llevo siempre en mis soñares
y conmigo van siempre tus andares.
Si a mi lado no estuvieras algún día
ni enhebrada, ni perdida,
¡Sí bordada tu presencia y tu recuerdo!
unido al alma mía
acompañando mis noches y mis días.
Al que siempre me quiere y me acompaña, y junto a quien espero estar muchos años.
La rosa y la malva
Una rosa que altanera
le dijo a la malva llana
tú te crías en el suelo
y yo en una reja dorada
¡A ti te pisan los hombres!
aroma doy yo a las damas,
tú decoras la humildad,
yo decoro los salones
alamedas y ventanas
Tú eres una triste malva
del campo y asilvestrada
yo una rosa de pasión
de todas, la más galana.
¡Tú eres rosa presumida,
yo, solo soy una malva!
Tú decoras los jardines
de señoras enjoyadas.
Yo decoro los caminos
mis amigas son las flores:
amapolas, margaritas,
la querida nomeolvides,
que a los mozos les regalan
las mozas para la Virgen.
le dijo a la malva llana
tú te crías en el suelo
y yo en una reja dorada
¡A ti te pisan los hombres!
aroma doy yo a las damas,
tú decoras la humildad,
yo decoro los salones
alamedas y ventanas
Tú eres una triste malva
del campo y asilvestrada
yo una rosa de pasión
de todas, la más galana.
¡Tú eres rosa presumida,
yo, solo soy una malva!
Tú decoras los jardines
de señoras enjoyadas.
Yo decoro los caminos
mis amigas son las flores:
amapolas, margaritas,
la querida nomeolvides,
que a los mozos les regalan
las mozas para la Virgen.
Anduvo gris el día,
no tuvo color la atardecida
y en el silencio de la noche
se convidaron las almas al descanso
¡Perpleja está la luna!
al ver tus rosas blancas perfumadas;
quizá el rocío de la noche
bañó por la mañana su hermosura
Tenues rayos de sol
atraviesan las ventanas de las nubes,
salpicando de color
los campos y los sueños de la vida.
En qué senda dejaste tu destino al azar
y no a la razón y al pensamiento,
las flores de tu risa
se olvidaron del embrujo de la noche
y dejaste marchitar tu lozanía.
Sin rumbo, sin prisa, esperando un amor
que nació para el olvido.
Con el otoño dorado
se deshojaron tus rosas
tan frescas, tan lozanas,
que antaño la primavera
te envidiaran con tu imagen.
Y te han vestido los años
con el velo del recuerdo,
la nostalgia de los días
y el fugaz roce de un beso
En el espejo del río
te asomas para mirarte,
con un jazmín en el pelo,
una sonrisa en los labios
y el recuerdo de un te quiero.
Aquel que no pronunciaste
aquella tarde mayo,
hace tanto, tanto tiempo...
que ya se ajaron las rosas
y los jazmines de plata
que nacen de tus cabellos.
Y en el espejo del río,
se dibuja y serpentea
tu figura y tu silencio
y el eco del viento lleva
el sonido de un ... te quiero.
no tuvo color la atardecida
y en el silencio de la noche
se convidaron las almas al descanso
¡Perpleja está la luna!
al ver tus rosas blancas perfumadas;
quizá el rocío de la noche
bañó por la mañana su hermosura
Tenues rayos de sol
atraviesan las ventanas de las nubes,
salpicando de color
los campos y los sueños de la vida.
En qué senda dejaste tu destino al azar
y no a la razón y al pensamiento,
las flores de tu risa
se olvidaron del embrujo de la noche
y dejaste marchitar tu lozanía.
Sin rumbo, sin prisa, esperando un amor
que nació para el olvido.
Con el otoño dorado
se deshojaron tus rosas
tan frescas, tan lozanas,
que antaño la primavera
te envidiaran con tu imagen.
Y te han vestido los años
con el velo del recuerdo,
la nostalgia de los días
y el fugaz roce de un beso
En el espejo del río
te asomas para mirarte,
con un jazmín en el pelo,
una sonrisa en los labios
y el recuerdo de un te quiero.
Aquel que no pronunciaste
aquella tarde mayo,
hace tanto, tanto tiempo...
que ya se ajaron las rosas
y los jazmines de plata
que nacen de tus cabellos.
Y en el espejo del río,
se dibuja y serpentea
tu figura y tu silencio
y el eco del viento lleva
el sonido de un ... te quiero.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)